domingo, 21 de octubre de 2012

Viaje a Rusia.


Rusia. Con este país tenemos muchas asociaciones. Si preguntamos a alguien, qué sabe o qué cree sobre este país, nos dirá que es un país grandísimo, pobre, sucio, hace muchísimo frío, la gente bebe mucho alcohol y todos los hombres son como Stalin. Allí, durante las últimas vacaciones, fui a un viaje, que por ahora puedo llamar el viaje de mi vida. Después de visitarlo ya no diré lo que dice la gente. Mi punto de vista ha cambiado totalmente.
Todo empezó en octubre del año pasado. Vi una noticia sobre este viaje en la escuela y ya sabía que quería participar en el proyecto.
Cris, de mi clase, dijo que también quería participar y decidimos ver cómo sería la primera reunión. Al principio estuvimos riéndonos de toda la idea, de lo que más, de que tuvimos que aprender ruso en cerca de un año. Cuanto más me reía, más me gustaba toda la idea. Desgraciadamente un día Cris dejó de participar en el viaje y por él yo casi también. Afortunadamente no hice este error y empecé a participar en las clases de ruso. Al principio no había mucha gente y lo peor fue que no conocía a nadie. Con el paso del tiempo más y más gente venía y participaba en las clases y también en las reuniones sobre cómo organizar la excursión. De repente la organizadora, la señora Molisz nos dijo que irían solo las personas con el mejor resultado del examen de ruso. En este momento pensaba que era imposible que fuera yo.


El ruso no es una lengua muy fácil, especialmente por el alfabeto cirílico que es totalmente diferente al polaco. Las palabras sí, son parecidas a nuestra lengua materna pero eso hace todo todavía más complicado.
Junto con la preparación al examen de la lengua tuvimos que organizar el dinero porque sin ninguna duda la excursión sería demasiado cara para nosotros y no sería posible participar en ella. Por suerte, había un proyecto organizado por la Unión Europea en el que decidimos participar.
Para obtener el dinero de la UE tuvimos que escribir una petición con todos los detalles de viaje. Para hacerlo mejor, en diciembre fuimos un fin de semana a Odówek para participar en un curso de escribir cosas así. Escribirlo fue un trabajo muy duro y tardó muchísimo tiempo, pero los efectos fueron incomparables e inolvidables.
Había también otras cosas que hacer, por ejemplo organizar la llegada de nuestros amigos rusos a Polonia. En febrero con los rusos fuimos a Porzecze para integrarnos un poco. Allí pasamos unos días geniales organizando nuestra expedición de verano y participando en juegos como kulig. La parte más divertida y que nos integró muchísimo, fue que tuvimos que cocinar solos. Después de los días en Porzecze volvimos con los amigos rusos a Gdańsk y pasamos 3 días enseñándoles nuestras ciudades. Y por ahora tuvimos que decirnos adiós, pero todos sabían que nos íbamos a ver en cerca de medio año.
Después del examen del ruso en mitad del año ya sabíamos que no es un chiste, sino que de verdad en unos meses iríamos primero a Moscú y después a las montanas de Ural. Tuvimos que organizar el equipaje, etc. y empezamos a buscar empresas que nos ayudaron siendo patrocinios o al menos nos han dado unas rebajas para el equipaje.
La preparación tardo muchísimo tiempo pero a principios de julio empezamos la aventura!!
Primero tuvimos que llegar a Varsovia en tren y eso tardo 6horas. Después de Varsovia fuimos a Moscú también en tren pero eso tardó mucho más, unas 27 horas.
En Moscú vivímos en familias rusas de nuestros amigos ya conocidos en Porzecze. Las familias fueron muy muy simpáticas y nada de frías o intolerables. En Moscú pasamos una semana viendo iglesias antiguas, el museo politécnico, el Kremlin, grandísimos parques y mucho más. Lo más importante que hicimos en Moscú fue que hicimos las maletas pero no con ropa, etc. sino con la comida que íbamos a comer durante todo el mes en las montañas.
Después de una semana, fuimos a la estación de trenes para pasar 33 horas en el tren, llegar a Bialorieck y luego después de 2 horas en autobús para alcanzar nuestro objetivo que fue un pueblito llamado Kaga. El viaje no fue tan horrible como pensábamos que sería pero fue muy cansado. Justo en el momento en que vimos al pueblo, (cerca del que tuvimos que vivir) nos enamoramos de él. Era como de un cuento o de una película. Lleguamos allí en la mañana y todo estaba cubierto con rocío. Al lado de un río había un grupo de caballos y alrededor había un montón de pequeñas casas donde vivían sólo abuelas o unos abuelitos. Todas las casas coloradas y con arquitectura de tipo rural, muy, muy bonitos.
Al sitio donde queríamos hacer nuestro campamento todavía tuvimos que andar unos 4 kilómetros desde el pueblecito. Por suerte un tractor cogió nuestro equipaje (sólo la comida) y ya sólo con nuestras maletas fuimos al primer viaje a pie. Después de un tiempo lleguamos al sitio. Cada persona estaba sorprendida de lo precioso que puede ser la pura naturaleza. Tuvimos nuestro ‘camping’ cerca de un río debajo de unas montañas, en un bosque. Para aprovechar la belleza del lugar y para descansar un poco después del viaje, después de hacer las tiendas de campaña y segregar toda la comida, ¡fuimos al primer baño en nuestro precioso río! Luego, tuvimos que construir todo por nuestra cuenta: baños, cocina, refrigerador, etc.


Todo el tiempo (3 semanas) que pasamos allí fue un tiempo maravilloso. Cocinábamos en una gran hoguera en grandes calderas y eso fue una de las cosas más divertidas de cada día. Nuestro plan del día era así: por la manaña teníamos talleres de lenguaje interactivo, con el vocabulario que se necesitaba para el día, luego en el mediodía emparejado en parejas polaco-ruso hacíamos entrevistas en el pueblo con las abuelas para conocer mejor su cultura, historia, la geografía del pueblo. Fue increíble. A veces estuvimos hablando con las abuelas durante 3 o 4 horas, bebiendo té, hablando de historias de familia. Iniciando ver todos los dispositivos. Por la tarde estábamos cantando canciones en polaco y en ruso, evaluando cada día y hablando ya sólos con los amigos rusos. Tuvimos muchos juegos interactivos, canciones, bailes, animados, puzzles, etc. Todo para aprender mejor el idioma y pasarlo genial. Algunos hicieron también cosas como carteles, mapas, vídeos o escribiendo artículos para el blog o para sus diarios.
Los últimos 3 días, fuimos a una excursión a las montañas como 'nómadas' (Ural). Tuvimos que coger todo el equipaje, la comida, nuestras cosas con nosotros y andar con todo esto. Para algunos fue una excursión muy difícil y dura porque tuvimos un montón de ampollas en los pies y en los brazos pero todos volvimos de ella muy muy felices y lo más importante para el futuro, muy integrados. Con panoramas de las montañas preciosísimas volvimos al ‘self made camping’ y empezó la parte más triste de todo el viaje. Tuvimos que recoger todo y empezar a volver a Polonia.
Dejar el sitio donde habíamos pasado aquel mes no significaba que la aventura se había terminado, todavía tuvimos 4 días de viaje. Esta vez sin una pausa en Moscú. Después de decir adiós a los amigos rusos entramos al autobús que nos llevó a la estación del tren. En el autobús todos los nervios relacionados con la vuelta a casa habían desaparecido y sólo estábamos felices de que estábamos allí, juntos con una guitarra y empezamos a cantar. Nunca he visto a un grupo de gente tan feliz, con tanta energía (después de pasar toda la noche cantando) cantando en el suelo de un autobús con sonrisas tan grandes en las caras que teníamos en este momento. Estos fueron unos momentos inolvidables. Después de llegar a la estación tuvimos 12 horas para esperar al tren y la mayoría de la gente fue a dormir en las colchonetas con sacos de dormir en el suelo en la estación Después de 33 horas lleguamos a Moscú y allí otra vez 10 horas libres. Fuimos a nuestro último paseo por la capital de Rusia como con la idea de decir adiós a esta grande pero muy simpática ciudad.
Los efectos del intercambio son mayores de lo que esperábamos. Sobre todo, nos hemos convertido en verdaderos amigos con nuestros compañeros rusos y polacos. Ciertamente muchos prejuicios fueron rechazados. En segundo lugar, hemos iniciado el contacto con la generación anterior, con las abuelitas. Hemos preparado también un material muy agradable, etnográfico y por último, hemos mejorado nuestras habilidades de lenguaje.


Después de volver del viaje recibimos unos folletos con las fotos de la excursión que será una recuerdo para toda la vida. Esto fue como un regalo de nuestros profesores que nos ayudaron muchísimo a organizar la excursión y que también sobrevivieron en las montañas de Ural, no solo con osos (que no hay allí) pero han sobrevivido con nosotros.
Sobre todo creo que la cosa más importante es que conocí a gente con grandes corazones, gente que serán mis amigos de verdad para toda la vida.
Después de este viaje aprendí también, que lo mas importante es hacer lo que nos sugiere el corazón y no tener miedo de que algo saldrá mal, sólo probar a hacer algo y disfrutar la vida.

(( Si a alguien le interesa ver maás de la expedición, les invito a la página web donde hay más fotos y detalles de la excursión www.dawajnaural.blogspot.com ))

Marysia Grabowska.

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