¿Es posible hacerse adicto a viajar? ¿Tener
una fuerte necesidad de trasladarse a sitios diferentes? Pues, sí.
Además me atrevo a decir que los viajes no son sólo un estilo de
vida. Ellos básicamente son la vida. La aventura de viajar tiene una
influencia increíble. A veces cambia nuestra interior y nos enseña
algo nuevo sobre nosotros mismos por unos factores diferentes (como
las culturas, la gente imponente, otra mentalidad, la actitud, etc.)
Aparte de eso, determina nuestra manera de ver la vida. Eso también
pasa por el conocimiento de estilos variables de vida o de la gente
que nos enseña las cosas nuevas e interesantes.
¡Enamórate de la arquitectura! Cada sitio
tiene su señal (o propio estilo) en cuanto a las construcciones, las
cuales empezamos a amar y recorremos el mundo para compararlas con
otras. Buscamos por Internet las noticias de los monumentos y las
comparamos con la realidad. A mi modo de ver, la curiosidad es el
motivo principal por el que la gente viaja con tanta frecuencia.
Hoy en día ‘engancharse’ a viajar se está
volviendo muy popular. Los vuelos son cada vez más baratos, nuestra
curiosidad es cada vez más fuerte y los viajeros más abiertos.
Gracias a eso se crean los portales cómo por ejemplo
couchsurfing.com (surfeando un sofá) en el que podemos conocer
amantes de los viajes, preguntarles por sus países y lo que es más
importante, obtener alojamiento gratis. A cambio de eso también
podemos ofrecerles nuestro sofá.
Para los que son partidarios del calor, la
búsqueda del clima apropiado es una causa más. Especialmente en
cuanto a los polacos...
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